En las entrañas del estadio descansan unos 14 mil libros que pertenecen a este espacio cultural que fue creado en 1933 y tiene más de 90 años de historia. Vení a recorrer los rincones secretos de la Bombonera…
Los antiguos relatores suelen hablar de un manual del fútbol, que nunca se escribió y que jamás nadie leyó. Sin embargo, la mayoría de los fanáticos desconoce este vínculo real entre los libros y la pelota, acaso uno de los más grandes en nuestro fútbol. En las entrañas de la Bombonera se esconde una biblioteca que lleva más de 90 años enriqueciendo la vida de socios y vecinos, acumula unos 13625 ejemplares y tiene casi 500 socios. Cuenta la bibliotecaria María del Valle Calvimonte, encargada de este espacio, que no son pocos los lunes en los que entra a la biblioteca y debe recoger algunos libros del suelo. Es que los latidos del estadio provocados por los gritos de los hinchas xeneizes hacen temblar las paredes del Templo, que al cabo son las casas de estos libros desde hace unas nueve décadas.
La Biblioteca Juan Bautista Alberdi está en el segundo piso del segundo piso de la Bombonera, dentro del Departamento de Cultura, y allí se esconden otras perlas xeneizes que vale la pena descubrir. Una puertita pegada a la confitería. Luego una escalera. Un pasillo. Y otra puerta. Una vez allí, entre los libros, uno podría olvidar que está en el corazón del estadio más popular de la Argentina. Un puñado de alumnos de alguna escuela del barrio que se acerca para resolver una tarea, algún estudioso que se da una vuelta para corroborar algún dato de un libro en proceso, un grupo de socios del Interior que se acercan a comprobar si es verdad lo que les dijeron: que en la cancha de Boca hay una biblioteca. Y ven que sí. Y ante la atenta vigilancia del escudo curiosean entre los ejemplares más viejos, que los hay hasta de principio del siglo XIX. Y luego siguen rumbo a la platea para llevarse el souvenir de la foto en el estadio. Boca y los libros, un puente de más de 90 años. Un vínculo para toda la vida.
La Biblioteca de Boca tiene más años que la Bombonera: fue fundada el 12 de junio de 1933, cuando el club todavía hacía de local en el viejo estadio de madera de Brandsen y Del Crucero, sito en esta misma manzana donde hoy se erige el Alberto J. Armando.
En sus estantes habitan unos 14 mil libros, muchos con temática xeneize e infantil, pero algunos son verdaderas joyas de colección literarias por su edición laminada en oro y por su fecha de publicación: hay del siglo XIX.
La biblioteca Juan Bautista Alberdi tiene casi 500 socios, una cifra que puede parecer mínima en comparación con la cantidad que tiene el club, pero no tiene nada que envidiarle a otras bibliotecas por estos tiempos.
Algunas de las glorias del club, ya retirados, pasaron sus tardes entre estas paredes. Por ejemplo: Antonio Ubaldo Rattín, Angel Clemente Rojas y Hugo Paulino Sánchez, quien hizo uso de la biblioteca para preparar sus materias para terminar el secundario.
La biblio es otro testigo de que la Bombonera late. Los lunes, tras los partidos como local, los empleados deben recoger algunos libros que se caen de los estantes por el movimiento que genera el aliento de los hinchas.
En 2010, recibió el primer premio nacional a las bibliotecas argentinas por la tarea en la promoción de la lectura, otorgado por la Asociación de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina.
Durante la pandemia, la biblioteca realizó un trabajo de digitalización de libros para poner la lectura a disposición de quienes se quedaban en casa. En esos ocho meses en los que no jugó Boca, al menos algunos se sentían en la Bombonera a través de los libros que leían.
Una de las perlas literarias que tiene la biblioteca coincide con el año de fundación de Boca Juniors: 1905. Se trata de un ejemplar de la novela francesa ilustrada Jean qui grogne et Jean qui rit, de Mme. la Comtesse de Ségur.
Durante algunas décadas la biblioteca funcionó fuera del estadio. En 1935, se mudó a la sede que funcionaba en la avenida Almirante Brown 967. Para mediados de la década del 80 volvió a la Bombonera. Y no se fue más de las entrañas del club.
Entre las historias que esconden estos libros hay una que llegó desde Moscú. Se trata de una edición ilustrada de Cuentos Populares Rusos. Es un obsequio de un equipo de rugby que estuvo de visita en La Bombonera y escuchó algunos versos del Martín Fierro en la propia biblioteca.
Más allá de los visitantes casuales, la biblioteca trabaja de manera permanente con las escuelas del Distrito Escolar 4, perteneciente a La Boca, La Boca, Barracas, San Telmo y también con Dock Sud e Isla Maciel.
El libro de Memoria y Balance General de 1933 destaca que “la afluencia de lectores fue superior a todo cálculo, demostrándose con ello el interés que existe para que esta obra tan beneficiosa reciba el apoyo necesario en pos de su continuo engrandecimiento”. Más de nueve décadas después sigue de pie.
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