Más de 400 socios se reunieron este viernes por la noche en las parrillas del club para despedir el 2019 a ritmo xeneize. Boca es un sentimiento que va más allá de los partidos.
Noche de amigos. Noche de club. Noche de encuentro. Noche de Boca, con la excusa de cerrar el 2019, pero sobre todo con las ganas de compartir la pasión y el encuentro. Fueron cerca de 400 socios los que este viernes se juntaron en las parrillas del quincho, vestidos de azul y oro, como tantas veces, para darle color a la noche y renovar la ilusión hacia la temporada que está por venir.
Al ocaso de la tarde, y al nacer del último fin de semana del año, los distintos grupos de socios e hinchas se fueron acercando a la Bombonera como si fuera un día de partido. Con la misma adrenalina corriendo por las venas, con las mismas ganas de alentar desafiando el poder de la garganta, y con las ganas de encontrarse unos con otros en el club. En casa.
No faltaron las anécdotas, esos recuerdos de cancha que quedan grabados por siempre en la memoria. Aquellos partidos que se empiezan a vivir durante toda la semana, aquél gol que se gritó al borde de las lágrimas, y ese abrazo interminable. También hubo tiempo para cantar por Boca, para que esa esperanza compartida resuene por el aire del barrio, como tantas veces, ese grito de amor que le brinda a la Bombonera su tinte especial, su identidad en todo el mundo.
Y, por supuesto, el broche fue el brindis por las buenas que ya van a venir. Nada mejor que cerrar el año en casa, con las amistades que nacieron en la tribuna y que van más allá de los domingos. Con aquellos con los que se transitará el 2020 compartiendo los mismos sueños de azul y oro.