Agustín tuvo otra actuación protagónica en Brasil.
Si hubiera que armar un Boca ideal de todos los tiempos, pocos puestos serían tan discutidos como el de arquero. Desde sus primeras participaciones en los torneos argentinos, el club se ha distinguido históricamente por la altísima calidad de sus guardametas. Hay al menos uno por década que permanece en la memoria de nuestra hinchada, por recuerdo propio o heredado.
Desde la irrupción de Américo Tesorieri, vecino e ídolo del barrio, en la década del 20, los ha habido para todos los gustos: carismáticos como Julio Musimessi (El Arquero Cantor) y Hugo Gatti; de gran capacidad atlética o reflejos extraordinarios tal cual eran Juan Yustrich (El Pez Volador) y Claudio Vacca; arrojados y temperamentales como Antonio Roma; de notables atributos técnicos del estilo de Carlos Navarro Montoya y Oscar Córdoba o expertos en penales como Roberto Abbondanzieri, para abreviar la nómina.
A esa lista de privilegiados quiere sumarse Agustín Daniel Rossi, otra vez protagonista anoche con un penal atajado ante Corinthians en Brasil. Aunque tenga apenas 26 años, pocos para una función con ocupantes mayores de 40, el nacido en San Martín ya acumula una valiosa experiencia bajo los palos boquenses. Incorporado por Guillermo Barros Schelotto en 2017 para reemplazar al lesionado Guillermo Sara, fue campeón en su primer torneo y repitió en la temporada siguiente.
De regreso al club luego de los préstamos a Antofagasta (Chile) y Lanús, se adueñó del arco tras la partida de Esteban Andrada a México. Se volvió un especialista en penales, como quedó demostrado en las dos definiciones ante River (Copa de Liga Profesional y Copa Argentina), Patronato, Talleres de Córdoba, Barcelona de España (Maradona Cup) y Racing, en ocasión del último título.
Luego del fortísimo impacto anímico que significó la muerte de su padre, en 2020, Agustín se consolidó; empezó a transmitir confianza entre sus compañeros y entrenadores; se ganó el reconocimiento de la gente, que lo ovaciona siempre, y hasta ya mereció una convocatoria al seleccionado argentino. En silencio, va camino de sumar su foto a la poblada galería de los grandes arqueros de Boca.